cabecera
    

PAISES BAJOS GOLEÓ 5-1 A LOS DE DEL BOSQUE Y PENALIZARON LAS FLAQUEZAS ESPAÑOLAS

La selección española se estrella en su estreno en el Mundial ante Holanda y se complica el pase de ronda

Van Gaal caricaturizó a la vigente campeona del mundo con un despliegue táctico que ahogó la claridad combinativa española y el físico de sus ejecutores. Xabi Alonso abrió el marcador en la buena primera parte nacional pero un error de Ramos que Van Persie convirtió en el empate al borde del descanso, desató el sonrojo y la venganza holandesa. El delantero del United y Robben ajusticiaron el despreocupado trabajo táctico de Del Bosque y sentenció una terrible actuación de los centrales, de Casillas y como colectivo. Se complica el pase a la siguiente fase con esta goleada. Chile representa ahora el juez del futuro de España en Brasil 2014. 

Cómo prever tras aquellos 120 minutos inolvidables en el Soccer City sudafricano que, en un plazo de cuatro años, España empezaría su defensa de la corona mundial repitiendo rival y como una de las selecciones más abucheadas del campeonato. Cómo aventurar que degustar la oportunidad de sacar lustre a la leyenda española en el idílico escenario brasileño se presentaría con un expatriado carioca entre las filas nacionales. Y hasta aquí llegan los giros sarcásticos de la fortuna. El combinado dirigido por Vicente del Bosque, destinado a llegar de nuevo a la tierra prometida, abrió fuego ante una Holanda sensiblemente más trabajada en el apartado táctico. La venganza neerlandesa estaba servida y, por el bando español, el aviso de arrancar con buen pié -solo sabe se concebía la victoria a este respecto- elevaba su relevancia hasta el valor de dogma. Salvador de Bahía y su Arena Fonte Nova acogían el duelo con una temperatura cercana a los 30 grados y una humedad de casi el 90%. Al desafío técnico-táctico se unía el apartado ambiental y la longitud del césped. La hierba larga y seca definía otro ingrediente para la indigestión española en la circulación de la pelota.

Vicente apostó por Diego Costa como delantero fijo entre los centrales rivales, asumiendo la intención de su colega de implementar una presión de líneas elevadas, por lo que el punta recién incluido en la ecuación serviría para arañar la espalda de la zaga oponente. Pedro se cayó del once de los elegidos en favor de Silva, cerrando la intención de domesticar el ardor tulipán con posesión, calidad y profundidad en los envíos desde la medular. Azpilicueta y Alba ejercerían de carrileros con la preocupación de su sombra, Busquets se encargaría de liberar a Xabi Alonso y Xavi de la concentración defensiva e Iniesta ejercería de maestro de ceremonias.

Louis Van Gaal, por su parte, no especuló ni concedió guiños a los ultraortodoxos del juego ofensivo y dispuso una zaga robusta con tres centrales poderosos en lo físico -Vlaar, Martins Indi y Janmaat- acompañados de la agresividad y orden de De Jong y De Guzmán. La intención era clara: poblar el centro del campo para forzar pérdidas con salida vertiginosa desde la bandas con De Vrij y el zurdo Blind. Sneijder lanzaría con clarividencia las contras para los finalizadores capitales, Robben y Van Persie.

Con esta lucha de estilos arrancó el Mundial para la selección española. Holanda trató de achicar desde el principio los espacios con la zaga muy adelantada y sus delanteros ahogando la salida desde atrás del juego nacional. La vigente campeona del mundo buscaba crecer con precisión y movilidad en las combinaciones pero el fragor en la intensidad centro-europea ganaba terreno en base a marcajes zonales e individuales que sacaban de zona de influencia a Iniesta y Silva, por lo que durante el inicio de partido Ramos y Pique buscaron el largo a Costa de manera reiterada. Van Gaal demostraba que en su esquema no figura el guión defensivo de repliegue y así ganó la primera ocasión calara. Un robo en la salida española cayó en los pies de Robben que cortocircuitó la unidad de los centrales con un pase fugaz que Sneijder mandó al cuerpo de Iker en el mano a mano. Minuto 8 y primer aviso tulipán.

Reaccionó el ritmo combinativo español con esta oportunidad rival con mejor claridad en el pase y diversidad de posiciones entre líneas con Iniesta, Silva y Xavi ejecutando. Los espacios empezaban a aparecer por coherencia al espacio generado por los centrocampistas nacionales al abandonar sus posiciones: Iniesta chutó arriba desde la frontal en el 11, Diego Costa ganaba sus desmarques en el balcón del área con lanzamiento desviado en el 18 y los holandeses buscaban ya trompicar el juego bajando al barro. Silva descolgaba su posición y España monopolizaba ya el control de la pelota arrinconando al oponente al llegar a la media hora de partido.

Entonces Xavi diseñó el desmarque a la espalda de la zaga neerlandesa que Costa cazó para recortar a De Vrij y caer. El colegiado señaló los once metros y Xabi Alonso transformó el penalti en el primer gol español en Brasil 2014. La selección se adelantaba en el minuto 27 y jugaba ahora con el mejor escenario imaginable: sin urgencias por el marcador, entregados a placer a la horizontalidad anestesiante.

Los pupilos de Van Gaal no reaccionaron de inmediato al shock. Iniesta, Xabi ALonso y Xavi manejaban la pelota a su antojo e, incluso, el manchego buscó las cosquillas a la zaga rival con un pase entre líneas memorable que otorgó a Silva un mano a mano que Cillessen envió a córner con la punta de sus dedos ante la fina vaselina del canario en el 43. Llegaba el descanso y el combinado de Del Bosque se manejaba en su propio terreno tratando de domesticar el arreón holandés con pelota. Sin embargo, cuando agonizaba el primer acto, la relajación que tanto ha castigado a la línea defensiva nacional en la fase de clasificación costó el primer aguijonazo tulipán. El lateral Blind envió un pelotazo desde la medular que retrató el estado de concentración de Ramos para encontrar la cabeza de Van Persie que, solo, penalizó la media salida de Casillas. Empate a uno en el entretiempo con media selección con la lengua fuera y la dedicación mental cuando se compite sin balón en entredicho.

Del Bosque no decidió introducir alguna modificación que otorgara más oxígeno al doble pivote español y reforzara con otro peón más metido en la intensidad holenadesa la maltrecha coordinación defensiva de España. De este modo, el segundo tiempo subió el telón con el escenario visto en el chocante desenlace: la selección de Van Gaal elevaba las líneas sin pudor y ahogaba la salida de pelota nacional. Con la llegada de la tormenta al coliseo de Salvador de Bahía, se desató, en nefasta coherencia con el césped, el desarrolló más peligroso de partido. Se manifestaron los fantasmas latentes que sufre la campeona de todo: ruptura de líneas cuando toca defender, relajación de los zagueros ante un pelotazo rival y endeblez e inseguridad ante puntas rivales veloces. Así empató Finlandia en Pontevedra y Francia en el Calderón. Y así se deshizo el debut español y la ilusión patria en Brasil.

El flagrante cansancio del centro del campo español ensombreció hasta la labor de figurante a Xavi y Xabi Alonso, convirtiendo a Busquets en un islote en busca del equilibrio perdido. La intensidad rival no cedía un milímetro. Habían olido sangre y la venganza tomaba cuerpo en un paisaje tétrico para el respeto granjeado por España en este transcurso histórico desde 2008. La poesía y romanticismo del estilo nacional quedó caricaturizado por la afilada verticalidad de los representantes de los Países Bajos. La calidad doméstica era ya un amasijo de imprecisiones, malas coberturas, lentas e inefectivas ejecuciones colectivas que imposibilitaba bascular -se mostró en el peor momento el débil trabajo táctico sin balón- en un sistema que empezó a hacer aguas de manera muy rápida. El físico no llegó. El peor de las sospechas tras la larga temporada. Un chut de Iniesta en el 51, triste espejismo de lo que estaba por llegar.

Un balón largo al centro del área que Robben controló con maestría en el 53 se convirtió en metáfora del desastre absoluto. El extremo recorta a un Piqué muy descordinado, amaga de manera sutil para evitar a Sergio Ramos -fuera del partido desde su error en el empate- y ajusta un chut raso para adelantar a su equipo. La montaña, con este tanto, ya no solo era física. Los psicológico erosionaba de forma sorprendente la confianza española, por primera vez en mucho tiempo, sabedora de su inferioridad en un partido de máxima competición.

Tras este punto de inflexión, los tulipanes buscaron enfangar, a su antojo, con inteligencia, el juego de reacción española, que buscaba de nuevo a Diego Costa como único faro. Del Bosque, esta vez sí, diagnosticó la necesidad de aire nuevo y en el 62 implementó un doble cambio: Torres y Pedro entraban por Diego Costa y Xabi ALonso. El técnico decidió suicidarse en la ofensiva y pagó muy cara su apuesta. Van Gaal, por su parte, movió sus peones para recuperar músculo y llegada, dejando fuera a De Guzmán y dando entrada a Wijnaldum, otra perla joven de la nueva camada holandesa.

Todavía con menor presencia en la medular, las contras de Holanda no encontraron ya oposición ante un equipo impotente y destruido en los táctico, que adolecía de una ruptura absoluta de líneas y que se abandonaba al sufrimiento en un escenario que nadie de la expedición contemplaba. Van Persie encontró el larguero en una volea de manual desde el pico del área minutos antes de que De Vrij penalizara otro de los debes tradicionales de esta selección: el balón parado y la ausencia de concentración en esta suerte. Centro de Sneijder que Van Persie pugna con Iker, que marra en su despeje, y el lateral anota en el segundo poste. Se abría pues el horror español en el 65 de partido.

Una cesión para Casillas, en el ecuador del segundo acto, resultó el peor de los esbozos del portero. Controló de manera muy deficiente la pelota y Van Persie, que apretaba en la presión, le robó la pelota redondeando el sonrojante cuadro. Holanda volaba y España no conseguía correr. Había un equipo sobre el césped y la calidad española quedaba ya fuera de contexto. Un chut de Ramos en falta directa y un cabezazo de Pedro ejercían de paupérrimo bagaje en pleno descenso a la tierra de los mortales. Ya sin cambios ambos equipos -Cesc sustituyó a Silva en el 78-, con la decepción instalada en las caras españolas y el barrido desde el banquillo de Van Gaal y su homólogo patrio, muy desacertado en la lectura de los cambios, Robben ganó en velocidad a Ramos tras otro pase vertical, Casillas salió, de nuevo, en modo inesperadamente infame, y el extremo holandés jugueteó con el meta antes de anotar el quinto zarpazo.

La suerte de crónica de una muerta anunciada por cansancio y relajación táctica culminó su experiencia tras los últimos 10 minutos de funeral. Dos acciones de Casillas evitaron una mayor caída del prestigio español y Torres no supo acortar distancias con todo a favor. Solo queda ya recomponer filas para ganar a Chile y rezar a cada santo particular para que los holandeses no se cobren la venganza completa y pacten una derrota por la mínima ante los latinoamericanos que dejara fuera de la siguiente fase a España, mutilada de forma casi definitiva por el agujero en el gol average sufrido este nefasto viernes. Del Bosque tiene mucho trabajo. Viene un rival de igual nivel táctico-físico y ya resulta imposible acallar las voces de renovación radical en la España post gloria. El peor inicio posible. Una bofetada en cada ámbito del juego a analizar. España debuta y pierde la capacidad de depender de sí misma.

Compartir en Google Bookmarks Compartir en Meneame enviar a reddit compartir en Tuenti